Tras haber realizado una entrevista/historia clínica y haber explicado las conclusiones a las que se ha llegado, la manera de proceder que propongo continúa acordando con cada paciente el tipo de tratamiento que se va a realizar. Este tratamiento atenderá a las preferencias y expectativas de cada persona constando preferiblemente de dos fases. La primera será la parte de terapia manual atendiendo a la disminución de la intensidad del dolor y a mejorar la elasticidad y la movilidad, de manera que se pueda pasar a una segunda parte dedicada al ejercicio terapéutico. El ejercicio terapéutico siempre se adapta a las posibilidades de cada persona y resulta de lo más efectivo para la restitución funcional por dos motivos. El primero es que la participación activa del paciente, y sobre todo en gestos funcionales, mejora la adhesión al tratamiento y expone al paciente a la exigencia real de la actividad diaria. El segundo aporta a los pacientes estrategias de auto-cuidado pudiendo así hacerse cargo de su salud de manera autónoma.